Claves para una transformación empresarial sólida basada en investigación
- Pablo Eduardo Vargas
- 15 jun.
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 17false42 GMT+0000 (Coordinated Universal Time)
Por: Pablo Eduardo Vargas
Como profesor universitario y consultor empresarial de investigación de mercado con más de dos décadas acompañando organizaciones panameñas en sus procesos de mejora, constantemente recurro a investigaciones serias que conecten con la realidad del mundo corporativo. Una de las obras que considero esenciales es "From Good to Great" de Jim Collins, basada en un riguroso estudio de cinco años que analizó por qué algunas empresas logran sobresalir sostenidamente mientras otras permanecen estancadas en la mediocridad.

Investigación empresarial y sus resultados
Collins y su equipo identificaron 11 empresas que lograron saltar de un rendimiento promedio a uno excepcional y sostenerlo por al menos 15 años. Para ello, compararon estas compañías con otras similares que no lograron ese salto, estudiando datos financieros, estratégicos y de liderazgo entre 1965 y 1995. La investigación fue exhaustiva: el equipo de Collins analizó más de 6,000 artículos, revisó entrevistas con altos ejecutivos, y examinó más de 2,000 páginas de transcripciones y documentos corporativos. El análisis cuantitativo se combinó con un enfoque cualitativo riguroso para identificar patrones repetibles. No se trató de opiniones ni teorías personales, sino de evidencia empírica cuidadosamente contrastada. Este enfoque permitió extraer principios universales que pueden adaptarse, con criterio, a distintos contextos empresariales, incluyendo el panameño.
A continuación, resumo los conceptos clave que, desde la experiencia en consultoría, han demostrado ser aplicables también en nuestro entorno empresarial panameño:
Liderazgo Nivel 5
Los líderes que impulsan la transición de “bueno” a “excelente” combinan una humildad personal poco común con una determinación feroz por el éxito de la organización. No buscan reconocimiento personal; su foco es la empresa. En la práctica, esto implica líderes que asumen responsabilidad en los fracasos, comparten los éxitos y se rodean de personas más capaces que ellos mismos.
En Panamá, esto contrasta con ciertos modelos de liderazgo jerárquico y egocéntrico aún presentes en algunas organizaciones. Nuestra experiencia demuestra que los equipos crecen cuando el líder actúa como catalizador del cambio, no como figura central del poder.
Primero quién... después qué
Una idea contraintuitiva pero poderosa: antes de definir estrategias, las empresas exitosas se enfocan en tener a las personas correctas en el equipo y a las incorrectas fuera. Luego, con un equipo sólido, se puede enfrentar cualquier desafío estratégico.
Muchos procesos de reestructuración empresarial en Panamá fallan porque empiezan con cambios en procesos, sin revisar si las personas claves están alineadas con la visión y cultura deseadas.
Confrontar la realidad brutal (pero mantener la fe)
Las empresas excelentes no se engañan. Aceptan las verdades difíciles del negocio, aunque sean incómodas. A la vez, mantienen la certeza inquebrantable de que superarán las adversidades. Esto refleja la paradoja de Stockdale: confrontar la realidad brutal sin perder nunca la fe en el éxito final. Esta mentalidad de resiliencia estratégica es especialmente útil en contextos volátiles como el panameño, donde la economía puede verse afectada por factores externos (como la situación del Canal o el comercio internacional).
El Concepto del Erizo
Inspirado en la metáfora del zorro y el erizo, Collins propone que las grandes empresas enfocan su estrategia en la intersección de tres elementos:
Aquello en lo que pueden ser las mejores del mundo.
Aquello que las mueve profundamente (pasión).
Aquello que impulsa su motor económico.
Ayudar a las empresas panameñas a definir su "concepto del erizo" ha sido clave para que dejen de “disparar a todo” y encuentren un enfoque estratégico claro.
Una cultura de disciplina
Las compañías que alcanzan la excelencia lo hacen no solo por buenas ideas, sino por tener una cultura que fomenta la responsabilidad, la autonomía con límites y el pensamiento riguroso. No se trata de control excesivo, sino de compromiso interno. Cuando acompañamos a empresas en procesos de crecimiento, reforzamos esta disciplina como parte de la cultura organizacional, no solo como proceso de control.
La tecnología como acelerador, no como solución
Contrario al pensamiento popular, la tecnología no transforma a una empresa en excelente. Solo acelera lo que ya está funcionando. Por eso, muchas inversiones tecnológicas fracasan si no hay una base organizacional sólida.
Reflexión final
“From Good to Great” no es solo un libro; es una hoja de ruta. En nuestras consultorías, hemos comprobado que estos principios no son exclusivos de grandes corporaciones estadounidenses. Funcionan también aquí, en empresas panameñas familiares, mypes o corporativos regionales, siempre que haya liderazgo auténtico, visión clara y disposición al cambio estructural. Pasar de lo bueno a lo excelente no es un acto heroico, sino un proceso riguroso. Y como consultores, nuestra tarea es acompañar esa transformación de forma ética, práctica y sostenida.
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