Comprender al cliente antes de construir soluciones
- Pablo Eduardo Vargas

- 5 oct
- 3 Min. de lectura
Por Pablo Eduardo Vargas
Definir un perfil de cliente no es imaginar a quién queremos venderle, sino descubrir a quién realmente le duele el problema que queremos resolver. Desde la psicología, esto implica escuchar historias reales; desde los sistemas de información, transformar esas historias en datos que validen o descarten nuestras hipótesis. En este punto, la investigación de mercados es una aliada clave para entender comportamientos, motivaciones y patrones reales.

El enfoque de Steve Blank, en su libro The Four Steps to Epiphany, conocido como Customer Development, propone un camino donde lo primero no es el producto, sino el cliente y su problema. La primera etapa es el descubrimiento de clientes, cuyo objetivo es validar que existe un problema real. Para lograrlo, hay que salir a hablar con personas, observar cómo actúan, hacer entrevistas profundas, probar con prototipos simples o landing pages y experimentar de manera rápida. La meta en esta etapa es alcanzar un “Problem–Solution Fit”: verificar que el problema existe, que duele, y que tu solución preliminar tiene sentido. Entrevistar no es preguntar si “les gusta la idea”, sino indagar momentos, emociones, costos, frustraciones y alternativas que esas personas ya intentaron. Aquí, nuevamente, las metodologías de investigación de mercados ayudan a convertir percepciones en evidencia útil.
Una vez que se comprueba que el problema es real, viene la validación de clientes. Aquí el enfoque gira al ciclo “Crear – Medir – Aprender”. No se trata de correr rápido, sino de validar cada paso con información real. Las fases no dependen del tiempo, sino del aprendizaje que se obtiene. En esta etapa se busca confirmar el “Product–Market Fit”: comprobar que hay personas dispuestas a pagar, recomendar y seguir usando la solución. Si los datos no lo demuestran, hay que pivotar con inteligencia. Ahí se reduce el riesgo y se fortalece el valor del proyecto. Una buena señal de ajuste es cuando los mismos usuarios regresan, recomiendan y están dispuestos a invertir dinero o tiempo en lo que ofreces.
Superado ese momento, llega la creación de clientes, donde se comienza a escalar. El reto es encontrar los canales adecuados para llegar a más usuarios, medir cuánto cuesta adquirirlos y entender cuál es el motor de crecimiento más eficiente. Dejar de hacer esfuerzos al azar y comenzar a invertir con estrategia marca una gran diferencia en esta etapa. En países como Panamá, donde los mercados pueden ser pequeños pero dinámicos, entender al cliente con precisión es todavía más importante.
Cuando la empresa crece, se entra en la fase de construcción. Es el momento de formalizar estructura, definir roles, estandarizar procesos y pensar en eficiencia. El enfoque pasa del producto a la organización, de resolver caso por caso a funcionar como un sistema que puede escalar de forma rentable y sostenible.
Una fase adicional que muchas startups exitosas enfrentan es el mantenimiento y conservación. Ahí el desafío ya no es sobrevivir, sino consolidar el dominio del mercado, competir con nuevos jugadores e innovar constantemente para no quedar atrás. Se pasa de la mentalidad de “empezar” a la de “sostener y evolucionar”. En este punto, algunas empresas recurren a agencias de investigación de mercado para seguir detectando nuevas necesidades, tendencias y segmentos emergentes.
Hay un principio clave que comparto tanto con mis clientes como con mis estudiantes: no te enamores de tu producto; enamórate del problema que puedes resolver. Una startup solo crece cuando disminuye su nivel de riesgo, y la mejor forma de lograrlo es entender profundamente a las personas a las que quieres servir. Validar con evidencia siempre será más inteligente que asumir que tienes la razón. El mercado no perdona la improvisación, pero sí recompensa el aprendizaje disciplinado.
Si más emprendedores aplicaran estas ideas desde el inicio, habría menos fracasos por intuición y más negocios construidos sobre comprensión real del cliente.
El Autor es Psicólogo con Maestría en Sistemas de Información en Investigación de Mercado



Comprender al cliente es como afinar un instrumento antes de tocar: si no suena bien, todo el proyecto desafina. En la investigación de mercados, los datos son la melodía que guía cada decisión hacia la armonía empresarial.
Con este enfoque considero: ¿qué pasaría si las empresas en Panamá aplicaran el Customer Development como una conversación constante, no solo una investigación? Sería interesante crear pequeños grupos piloto de clientes que ayuden a co-crear productos, no solo probarlos al final.
Este enfoque me hizo pensar en lo importante que es escuchar antes de crear. ¿Y si se hicieran entrevistas cortas en universidades para detectar necesidades reales?
Sería una forma práctica de emprender con impacto y encontrar oportunidades auténticas.
llevando mas acabo mi comentario de forma metafórica siento que es Comprender al cliente antes de crear soluciones es como usar un mapa antes de un viaje y así evita perderse. parecido a lo visto antes en clase con el mapa ya que de esa forma entendemos al cliente.
El proceso de descubrimiento de clientes se asemeja a excavar en una mina: no basta con quedarse en la superficie, hay que remover capas de tierra para hallar vetas de verdad. ¿Cuántos emprendedores se conforman solo con el brillo superficial?